El precio
Era una tormenta perfecta. Olas gigantescas arreciaban la embarcación, que se hundía sin remedio. El capitán se aferró al timón con fuerza y, mirando implorante hacia las alturas, formuló un deseo.
El barco izó las velas y comenzó a volar al tiempo que un avión se estrellaba en el agua.
El barco izó las velas y comenzó a volar al tiempo que un avión se estrellaba en el agua.
Todo tiene un precio, es la única forma de que exista equilibrio.
ResponderEliminarBuen relato Sara.
Un saludo
Quid pro quo, aunque en esta sorprendente negociación una de las partes perdió más que la otra. Me ha gustado tu micro, Sara. Un saludo.
ResponderEliminarDudo que el piloto del avión tuviese tan simétrico deseo. y si sólo era del capitán... ¡Hay que tener mala leche, eh!. Será el destino. ¡Me gusta!
ResponderEliminarPrecio low cost: el avión se dirigía a un paraíso fiscal con motivo de una convención anual de corruptos
ResponderEliminarBuen relato, Sara
ResponderEliminarDicen que la magia siempre tiene un precio...
ResponderEliminarGracias a todos por leer y comentar.
Abrazos.