Con el permiso de Antonio
Paseo por el parque de Berlín, y...
—¿Podría decirme por favor la marca de su perfume? Me gusta.
—Gracias.
—¿Es usted Elvira Lindo, verdad?
—¿Cómo lo ha adivinado?
—Por su perfume. Es único. Compraré uno igual para mi mujer, con el permiso de Antonio.
—¿Le conoce?
—Ustedes son mis maestros.
—¿Podría decirme por favor la marca de su perfume? Me gusta.
—Gracias.
—¿Es usted Elvira Lindo, verdad?
—¿Cómo lo ha adivinado?
—Por su perfume. Es único. Compraré uno igual para mi mujer, con el permiso de Antonio.
—¿Le conoce?
—Ustedes son mis maestros.
Un personaje que parece acercarse a una escritora por algo tan accesorio como un perfume, para descubrir al final que tanto ella como su compañero merecen para él un apelativo que lleva implícita la mayor admiración.
ResponderEliminarYo también considero a Antonio Muñoz Molina uno de mis maestros. Todavía es joven para el Nobel, pero todo llegará y espero verlo. Las letras de Elvira Lindo, Manolito Gafotas incluido, son como ella, afables, sencillas e incisivas.
Un saludo
Gracias, Angel, te mereces un hueco en el libro de Alex, y no por leerme a mi, sino por poderte ler yo a tí
ResponderEliminarSALUDOS, PERO SIGUE
Ha quedado clara tu devoción hacia ambos. Me gusta.
ResponderEliminarsON BUENAS FUENTES PARA LOS AMANTES DE LA BUENA TINTA.
ResponderEliminarGRACIAS POR TU COMENTARIO.
Muy bueno el diálogo, y mejor el broche final.
EliminarFelicidades
es un pequeño homenaje
EliminarGracias Maria Jesus