Cuentos pendientes
He dado cuerda al reloj y el segundero ha salido volando detrás del eco de los cuentos que no te escribí. Sobre caballeros, piratas y fantasmas. Quería susurrártelos al oído, bajito, solos tú y yo, pero te fuiste robándome el corazón. Cretino, devuélveme la máquina de escribir, haz el favor.
Si no quería escuchar tu cuento, déjale...no se lo merecería, seguro...¡Pero nosotros sí, Patricia!..sigue deleitándonos, por favor con tu prosa..
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Rafa. Estoy probando con una tablet, pero no es lo mismo, no.
EliminarUn beso.
Empieza realmente poético... Pero el robo de la máquina de escribir es imperdonable... Jajaajjaja. Genial Patricia. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Carmen. Me reconforta que lo entiendas y compartas mi indignación.
EliminarBesos.
Patricia, me ha gustado mucho. Ese vocabulario tan poético que te has sacado de la manga me ha maravillado. Y para rematar ese final genial que tu fino humor sabe ejecutar tan bien. Aprovechando la ocasión tengo que decirte que me sorprendió que el genial micro del mes pasado, el de las macetas y nuestras compañeras, no estuviera en la final, o al menos en ese escalón de los que se quedan a un punto de entrar. Espero que este mes tengas na suerte. Nosotros la tenemos por leerte.
ResponderEliminarUn besote.
Pablo
Quise decir que tengas MÁS suerte. El autocorrector es mi enemigo a veces.
EliminarSomos muchos y a mí me alegra el nivelazo de esta nuestra comunidad, que motiva la superación antes que la competitividad. Aprovecho para contaros que le enseñé nuestro libro hace unos días al organizador de un concurso de relatos de mi ciudad y alucinó. Con la idea, con el formato y con los relatos que leyó al azar.
EliminarPor lo demás, muchas gracias, caballero por sus amables palabras.
Y un beso.
¡Qué bien! A difundir el libro, pero cuidado con que no os lo quiten, ¡que no habrá reediciones!
EliminarA tu prota le pasa lo que a mí, no Patricia? Que no sabemos escribir sin un teclado.
ResponderEliminarTerminas dándole un toque humorístico al micro, ¡vaya un giro!
Me ha gustado.
Un abrazo
Es que tiene la máquina tan fundida con su corazón que necesita las teclas para marcar el ritmo de sus latidos.
EliminarY después de esta cursilada, te mando un montoncico de abrazos.
Patricia, Tú crees que cretino es el adjetivo adecuado ? Bueno, no sé porqué te lo pregunto...si lo has escrito es porque crees que sí.
ResponderEliminarUn saludo, amiga
Don Josep, repita conmigo en voz alta la palabra cretino. Notas cómo cruje algo al pronunciarla? Pues eso...
EliminarMuchas gracias por pasarte por aquí.
Tú sabrás, señora Patricia.
EliminarBonito título, se me olvidó decirte.
Me esperaba algo romántico, volando entre nubes llenas de historias por contar. Y al llegar a ese ‘cretino’ (que a lo mejor se le queda hasta corto) la historia ha cambiado bastante. Él se lo pierde, desde luego.
ResponderEliminarNosotros salimos ganando con tus preciosas historias. Ya sean a máquina o a mano.
Mucha suerte ☼ ♣
Gracias, Maest. Pero a mano ya no soy capaz de escribir dos líneas seguidas. Tantos años trabajando con ordenadores tiene sus consecuencias. Igual me tomo un descanso, que falta me hace.
EliminarBesotes.
Cuántos insensatos hay por el mundo. Con lo bien que escribes y los cuentos tan bonitos que cuentas y que exista alguien que no los quiera escuchar. Yo te compro una máquina nueva, pero no dejes de escribir, por favor.
ResponderEliminarBesazos.
Insensatos y cretinos... Si no sabe escribir... Gracias por tu ofrecimiento, pero la tenía asegurada a todo riesgo, como mi corazón.
EliminarAbrazotes, María.
Tengo la suerte de poder leerte en varios lugares - (estoy atenta en tuiter para no perderme tus concursos) - y lo que más me gusta ya de tus letras, Patricia, es ese estilo inconfundible que imprimes en ellas.
ResponderEliminarConfío en que haya muchos, muchos cuentos pendientes porque cretinos, de esos que crujen poéticamente, cada vez quedan menos.
Un beso.
Ojalá sea verdad que quedan pocos cretinos. Lo que sí que hay es muchas luchadoras que arponean retos con las teclas, como tú, amiga.
EliminarEnhorabuena otra vez por tu éxito. :)
Ecos de palabras que resuenan en mi encéfalo. El corazón de los cuentos tiene una máquina, pero la escritora tiene lírica.
ResponderEliminarQué romántico, Ricardo. El hipotálamo se me ha puesto a bailar con tus hermosas palabras.
EliminarUna montaña de besos y de gracias.
Este es un delincuente de poca monta, no se conforma con robarse el corazón de la amada, también le roba la maquina con la quería escribirle lindas historias. ¿La habrá vendido para comprar cigarrillos? Buen relato, Patricia, bien resuelto.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias, Beto. Al final ella estará mejor sin él, rodeada de los amigos que le dicen cosas tan bonitas.
EliminarUn abrazo.
Oye, Patricia, que si le tienes un cariño especial a esa en concreto y sabes dónde para ese tipo, nos llegamos unos cuantos (solo es que no me atrevo por si es una red de tráfico de órganos) y te la traemos de vuelta, en una nevera con hielo, claro.
ResponderEliminarMuy buenas las dos partes, la de cal y la de arena.
Un abrazo.
Enrique.
¡Madre mía! Si tengo una orden de caballeros andantes a mi servicio... Pues muchas gracias, mi Lancelot. Con vuestros ánimos tengo suficiente para recuperarla, tecla a tecla y latido a latido.
EliminarUn besote grande.
Nos tienes enganchados a tus cuentos, a tu estilo y a tu simpatía, Patricia. No te rindas aunque no tengas tu máquina de escribir; por favor, sigue contándonoslo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, María Jesús. Gracias a vuestros ánimos ahora soy capaz de contar mis tonterías hasta en morse.
EliminarUn besazo.
Del amor al odio en sólo cincuenta palabras. Y es que no se puede robar el corazón y la máquina de escribir, te ha desarmado por completo, entiendo tu enfado.
ResponderEliminarIntenta recuperar como poco el corazón, máquinas creo que aún venden.
Gran relato, Patricia. Un abrazo.
¡Gracias, José! En estos casos siempre hay dos culpables, no es justo echarle la culpa sólo al cretino ni odiarle. Tal vez no debí aporrear la máquina en su oreja en plena noche...
EliminarAbrazos también para ti.
Un cuento perfectamente resuelto, con un final impactante que rompe la poesía mediante un hachazo de humor. Aparte de eso, también puede ser un homenaje a ese instrumento que cambió el modo de trabajar en ministerios y juzgados, por no hablar de los escritores, algunos no han renunciado a seguir usando una máquina de escribir en lugar de un ordenador, son como pequeños dinosaurios, pero se les perdona porque están consagrados, lo que no sé es de dónde sacarán las cintas de tinta, que ya no se deben de fabricar.
ResponderEliminarQue te sigan quedando siempre muchos "cuentos pendientes" y enhorabuena por tus éxitos recientes y futuros.
Abrazos grandes
Gracias, Ángel. Las máquinas de escribir tienen para mí un halo mágico. Recuerdo la emoción que sentía de pequeña cuando acababa un cuento (infames todos) y lo pasaba a máquina, en la Underwood de mi madre, un armatoste enorme para mí. Ahora la tengo instalada en mi corazón, como bien sabía el cretino de mi historia, que por algo ha salido del mismo sitio y ya se ha ganado un lugar de honor en la galería de mis personajes, gracias a vosotros.
EliminarUna camioneta de besos variados, maestro.
Si te viene bien, Patricia, aún guardo una Olivetti Lettera de color azulina (en su maleta y todo). Te la puedo ceder durante un tiempo, mientras repones la pérdida de la tuya. Lo malo es que creo que la cinta de tinta (es de la de dos colores, rojo y negro) estará un poco seca. Aunque creo que este pequeño detalle no tendrá importancia, ya que no te hace falta tinta para escribir tan magníficos relatos. Tu imaginación hace que cada tecla marque en el papel la palabra exacta y, aunque no se vea lo que escribes, no sé por qué magia desconocida podemos leerla.
ResponderEliminar¡Gran microrrelato que se merece mi "Me gusta" y el de quienes se acerquen a leerlo (que ya están tardando)!
Un abrazo muy grande, amiga.
P.D.: Me uno a Enrique en esa escuadra libertadora. Me pondré mi disfraz de Capitán Trueno que seguro que algo impresionará a ese ladrón cretino de máquinas de escribir y "robacorazones". ;)
He recordado ahora que la máquina que poseo es un Olivetti Studio 45 (tal y como esta: http://www.antiguedadesconestilo.com/186-maquina-escribir-olivetti-lettera-dl.html).
Eliminar¡Qué bonita! ¡Me vale! Tengo que confesarte una cosa... Se me ocurrió esta tontada después de leer tu riachuelo... O sea, que te he copiado la idea... Verás... Es que es tan bueno que quise probar a hacer la réplica. Poesía y ¡zas! Nuevo género en 50 palabras.
EliminarAhora igual ya no me la quieres prestar, por plagiadora.
En cualquier caso, el cretino se ha asustado tanto ante tu amenaza que ha huído sin dejar rastro.
Un beso grande, J.A.
Ahora, con más razón: No te la prestaré, sino que te la regalaré por tu enorme amabilidad y por tu confesada copia. ¡Un lujazo para mí!
EliminarY me alegro de la huida del cretino (que no creo yo tampoco que sea Joaquín Grau).
¡Y por fin puedo darle una utilidad a mi disfraz! Si ya imaginaba que podría servirme para algo algún día.
Un beso enorme para ti, P.
Patricia, que no me entere yo de que te falta a ti una máquina de escribir. Debo tener yo por ahí una oliveti lettera de esas que tenian un botón rojo y que debe estar considerada patrimonio nacional o algo así. Ademås, guardadita en su correspondiente funda debe estar en perfecto estado de conservación. Si la quieres es tuya.. por un módico precio, claro... "El cretino". ;)
ResponderEliminarUn abrazo, Patricia.
Ja, ja, no me puedo creer que tú seas el cretino... Tu sensibilidad escribiendo te inmuniza. Me siento como Cenicienta: voy a poner en fila las máquinas que me habéis ofrecido y las voy a ir probando, a ver cuál me encaja.
EliminarMuchas gracias, Joaquín y un beso.
Por favor, qué buenísima historia. Patricia, me has hecho recordar mi Olivetty Lettera, creo que es una 32, también la tengo guardadita en su maletín. Y por supuesto, también he recordado cuando iba a clases de mecanografía, esas veintitantas adolescentes escribiendo a toda pastilla en las olivetti lettera 92, jamás se me olvidará, ese ruido "taca, taca, taca, taca ..." ¡Qué recuerdos!
ResponderEliminarSobre el cretino, ¿qué quieres que te diga? Tan pronto como recuperemos "tus máquinas", le mandamos de paseo y con viento fresco.
Un beso fuerte.
Malu.
Qué tiempos Malu. También yo fui a clases de meca... ¿Aprendiste con el cajón que tapaba las teclas para no mirarlas? Cuántas veces salió el mío disparado por los nervios cuando la profe daba la señal para tomar la velocidad. La misma velocidad con la que ha huído el cretino al ver el ejército que me acompaña.
EliminarUn beso fuerte también para ti.
Ja, ja, ja, pues yo también fui a clases de meca, con cajón que tapaba teclas, incluso con un folio por encima de las manos y taponcitos que tapaban tecla a tecla. Esos cronos para ver las pulsaciones por minuto ...
EliminarAy Patricia, me has devuelto a mis tiempos de instituto, gracias!!!
Patricia, hay que reconocer que el "cretino" te conocía bien y ha dado donde más te duele; te robó el vínculo entre tu imaginación y las grafías terrenales. Has pasado de tener cuentos a tener cuentas pendientes, jajaja. Con lo difícil que es, has logrado escribir un relato poético y, a la vez, divertido. Un abrazo.
ResponderEliminarEs lo que tienen los cretinos, además de ser bobos, hacen daño. Pero gracias a las risas que nos hemos echado a su salud, ha escarmentado.
EliminarGracias, Salva!
Muy bueno ese giro, Patricia, me la has colado totalmente. Me has hecho reír con ganas. Un saludo.
ResponderEliminarPues no sabes cuánto me alegro, Matri! Que ya está el telediario bastante cargado de desgracias y hay que desconectar.
EliminarUn besote.
Patricia, me ha gustado la narración sobre esa cuenta pendiente con los cuentos no contados, historias no compartidas con quienes se conforman con ser ladrones de corazones.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias, Antonio. Ladrones de corazones, imprescindibles para escribir las historias que tengo aquí pendientes.
EliminarUn abrazo.
¡Me gusta tanto leerte, Patricia!
ResponderEliminarY sí, menudo cretino aquel que nos prive de tus palabras.
Un beso mecanografiado.
Me has puesto colorada, Notinc.
ResponderEliminar¡Mola el beso mecanografiado! Un abrazo escaneado para ti.
Ah, sí. Esa es mi especialidad: sacar los colores ;)
EliminarJajaja esta muy bueno, te felicito Patricia por tu micro y por la buena y merecida acogida que ha tenido.
ResponderEliminarSaludos...
Muchas gracias, Jean. Estoy abrumada y os doy a todos las gracias de corazón.
EliminarUn abrazo para ti, aunque no aparecieras por mi casa a firmar tu libro.