Pez grande
Comí un sándwich de pescado y con prisa salí para el trabajo. Como llegué media hora tarde, el jefe me recibió muy serio y, malhumorado, estrechó mi mano. Ese gesto me pareció sospechoso e instintivamente llevé mis dedos a la nariz. Supe entonces que estaba en peligro: olían a sardina.
Interpreto ese "pez grande" como aquel que se come al pequeño. Sin embargo, lo primero que me ha venido a la mente al leer tus palabras es la repulsión que me produce que alguien me estreche la mano "de pez muerto", creo que le llaman. Tienes toda la razón: en esos casos hay mucho peligro.
ResponderEliminarUn saludo, Beto.
Hola Margarita, sí, ese “pez grande” es de los que siguen su instinto natural, sabe que al atacar a los pequeños, además de alimentarse con ellos, establece sus dominios. Esos que estrechan la “mano de pez muerto” muestran algún grado de inseguridad. Gracias por comentar.
EliminarSaludos.
Buen título, Beto.
ResponderEliminarEl pez grande... Ya se sabe. Me he reído con ese final.
Gracias por esa sonrisa. Lo has contado muy bien.
Saludos.
Pablo
Hola Pablo, gracias por la lectura y el comentario. A propósito, el título del relato lleva los tres puntos suspensivos, pero me alegro que se entienda la intención. Le dejo mis saludos.
EliminarJa, ja, qué bueno, Beto. Pues sí que pinta mal, sí.
ResponderEliminarEspero que sepamos más de él en próximos relatos, que un personaje así merece no quedar en el olvido.
Besos.
Hola Patricia, me alegra haberle hecho reír. Si al personaje no se lo comen, probablemente, aparecerá en otro historia. Gracias por dejar su comentario.
EliminarSaludos.
Hay situaciones en las que se masca la tragedia. Aquí solo falta la música de John Williams de fondo. Muy bueno y divertido, Beto.
ResponderEliminarEnhorabuena y saludos.
Enrique.
Hola Enrique, el estrés que produce el miedo a perder el trabajo, no nos deja ni lavarnos bien las manos. Muchas gracias, me alegra que le haya gustado.
EliminarSaludos.
Mal lo lleva el protagonista, pues no sólo tiene un riesgo cierto de pasar a engrosar las listas del desempleo, sino que a ello se une la posibilidad de ser víctima de antropofagia, nada menos. A partir de una frase que todo lector conoce montas un relato de sano humor negro.
ResponderEliminarUn abrazo, Beto
Hola Ángel, quise escribir algo divertido, pero que también mostrara el miedo que sentimos cuando no tenemos el control y son otros los que determinan el rumbo de nuestras vidas. Agradezco tus acertados comentarios.
EliminarSaludos.
Beto, los tiburones de secano son los más peligrosos. Relato irónico y divertido. Un abrazo y mucha suerte.
ResponderEliminarHola Salvador, cierto tu comentario. Por acá se dice que los tiburones de “agua dulce” son los más peligrosos. Me complace que este relato te parezca divertido.
EliminarSaludos.
Inevitable la frase aquella de: "El pez grande se come al pequeño".
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu micro, está muy bien contado, tratándose de una historia con final "no feliz" nos deja una sonrisa con su resolución.
Un beso.
Malu.
El hombre también está condicionado por las leyes de la naturaleza, pero cuando este las aplica las consecuencias son terribles. Gracias Malú, me alegra saber que le gustó.
EliminarSaludos.
Recurrente el refrán de "el pez grande..." que has aprovechado divinamente para tus cincuenta irónicas palabras.
ResponderEliminarUn saludo, Beto.
Rosy, a vece una palabra o frase sirve para disparar una idea, esta vez le tocó a un refrán y me obligó a escribir, de manera irónica, sobre la superioridad de un humano sobre otro. Muchas gracias por el comentario.
EliminarSaludos.
Yo creo que tu protagonista está hasta el gorro del jefe y de ese trabajo. Y como no termina de ser él quien dé el paso, busca "un empujoncito" para iniciar una nueva vida laboral en la que ser feliz.
ResponderEliminarUn abrazo, Beto.
Si, ese podría ser un análisis factible para el personaje. Quizá, el llegar tarde al trabajo, sea sólo una manera de manifestar su insatisfacción con el empleo. Gracias Joaquín por la lectura y el comentario.
EliminarSaludos.
Quien a hierro mata, a hierro muere. ¡Jamás debería haberse comido ese sandwich de pescado!
ResponderEliminarBien contado, Beto.
Saludos
Notincgas, somos parte de la cadena alimenticia. Nos comemos a alguien, pero otros nos comerán. Gracias por dejar tu comentario.
EliminarSaludos.
No sé Beto. Damos por aceptada la cadena alimenticia, y al tiempo resulta que es más sano comer verduras. Ignoramos más de lo que sabemos. En realidad todo es relativo y especulativo. Ni siquiera sabemos si existe una razón para que todo exista o forma parte de algo incomprensible.
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