Francotiradores
Me tomé mi tiempo. Giré la gorra, acaricié la yema de mi dedo índice, sonreí, contuve la respiración, cerré un ojo y precisé el enfoque.
Le dio tiempo a girar la cabeza, enfocarme, cruzar sus dedos, lanzarme una sonrisa, respirar profundamente, guiñarme un ojo y paralizar el tiempo.
Caí fulminado.
Le dio tiempo a girar la cabeza, enfocarme, cruzar sus dedos, lanzarme una sonrisa, respirar profundamente, guiñarme un ojo y paralizar el tiempo.
Caí fulminado.
Luis, simplemente te digo una cosa, es muy muy muy bueno. Me ha encantado. Original y con tu habitual escritura excelsa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo
¡Ay, Pablo! ¡Nunca sabes dónde se escode el amor!
ResponderEliminarUn abrazo
Luis: con mi habitual despiste pensé en una imagen del futuro en medio de un caos donde con las miradas (o algún arma del futuro) se estaba librando un duelo en el que el amor no tenía cabida. Gracias por la aclaración.
EliminarUn abrazo.
Pablo
Muy buen relato de amor. Es una vuelta de tuerca a Cupido y es que los arcos y flechas han quedado obsoletos, aunque nada tiene que ver con el "aquí te pillo, aquí te mato" jejeje!
ResponderEliminarTe lanzo un me gusta y un abrazo.
Superior. Soberbio. Fulminado quedo.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Magnífico duelo de frases cortas atravesando objetivo y pupila. Son como dardos semánticos de ida y vuelta que nos dejan como regalo la intensidad eléctrica de un flechado.
ResponderEliminarHe disfrutado leyendo tu relato, Isidro.
Un saludo.
Esos francotiradores de bélicas miradas tendrán la guerra que se merecen. Esa que termina entre estratégicos almohadones.
ResponderEliminar¡Muy bueno, Luis!
Un beso.
Perdona, Luis, que ya te había cambiado el nombre. Así, alegremente.
ResponderEliminarAbrazos y besos para todos. Una mirada, una palabra, sin duda son más efectivas en ocasiones que las mismísimas balas.
ResponderEliminarFantástico. Con toda la sencillez y la maestría de un gran relato. Felicidades, Luis.
ResponderEliminarEso es lo que se llama un tiro rápido y certero.
ResponderEliminar¡Enhorabuena, Luis!
Saludos.
¡Tiró, digo miró (¿en qué estaría pensando?), a matar!
ResponderEliminarMuy buen microrrelato, Luis, con dos párrafos contrapuestos, enfrentados, desde dos puntos de vista diferentes que no distantes, y que concluye de forma rotunda, con solamente dos palabras.
Va mi "Me gusta" porque, insisto, es un muy buen microrrelato.
Enhorabuena y un saludo.
Gracias, José Antonio. María Jesús, Belén, en fin, a todos por deteneros
ResponderEliminar!Qué bonitooooooooooooooo!!!!! Muerta estoy a tus pies, Luis.
ResponderEliminar¡Grande, grande, grande!
Un besazo, Patricia. Este mes todavía no he leído relatos, pero todavía tengo grabado el tuyo del mes pasado. Ese sí que es un relato.
ResponderEliminarMagnífico!!! 😘
ResponderEliminarGracias, Carmen. Besicos
ResponderEliminarHay sonrisas y miradas que son mortales. Muy bueno y original.
ResponderEliminarSaludos.
Y si esas sonrisas y miradas se consiguen adornar con la palabra, no me importa morir.
EliminarUn abrazo, Beto
Luis, directo al corazón, si sobrevive puede ser una preciosa historia de amor, jajaja. Muy bueno. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Ay si además el amor pudiese perdurar!
EliminarUn abrazo, Salvador.
Unos francotiradores muy, pero que muy tiernos. Fantástico micro, Luis. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Matrioska.
EliminarBesicos
El cazador (francotirador en este caso) cazado. ¡Fantástico!
ResponderEliminarUn saludo.
La realidad difícilmente puede escapar de su reflejo, en un mundo lleno de espejos.
EliminarUn beso, Fina
Ambos quedaron fulminados por cupido.
ResponderEliminarUn abrazo, Ricardo.
EliminarYa dicen que el que da primero da dos veces. Hay gestos que paralizan el tiempo y fulminan, efectivamente.
ResponderEliminarMuy bueno este duelo, Luis.
Un abrazo
¡Mi admirado cirujano, de los sentimientos! Un duelo al estilo de Sergio Leone. Un abrazo enorme, Ángel.
EliminarAy esas flechas de cupido ... Cómo es el amor y cómo son tus micros, Luis ... Grandes, grandes.
ResponderEliminarUn beso enorme al flamante campeón de junio.
Malu.
A veces no importa ser el último en disparar, o el primero en rendirse.
ResponderEliminarBello y gran relato, Luis. Maestría al servicio de tus 50 palabras.
Enhorabuena y un abrazo.
Enrique.