Cuentos de almohada
Era de noche. Llovía sobre mis sueños y las llamas de un dragón pintaron un arcoíris encima de mi cabeza. El malvado vigilante de las sombras hacía su ronda, burlé el tintineo de sus cadenas y trepé hasta las brasas de tus ojos. Desde entonces, mis sueños son de colores.
Bien por ese San Jorge multicolor que esta vez se ha aliado con el fiero dragón, en pos del corazón de una princesa soñadora.
ResponderEliminarPreciosa historia, Patricia.
Saludos.
Gracias, Vicente. En los sueños todo es posible, sólo hay que saber por dónde trepar.
EliminarUn abrazo.
El poder de los sueños. Esa región que elabora nuestro cerebro donde todo puede pasar, que mejor que sean tus relatos los que inspiren toda una amplia gama de aventuras oníricas y que sean tus palabras las que maticen sus paisajes.
ResponderEliminar¡Bravo!
Así es, Ricardo. De nosotros depende el color final de los sueños y aprender de ellos tretas para esquivar al vigilante de las sombras.
EliminarGracias por tus hermosas palabras, nada perdularias.
Siempre hay alguien capaz de ensombrecer el más radiante arco iris, hasta en sueños, pero se le puede burlar con una fantasía fértil y sentimientos verdaderos.
ResponderEliminarUn relato que no es sino otra prueba de lo que puede emanar de una creadora que ha adoptado un apellido sajón, capaz de fabricar prosa poética de la buena bajo un título de lo más sugerente, una autora todo terreno a la que nada se le resiste, incluso cuando reposa sobre su almohada.
Ahí van mis abrazos coloridos
Ay, Ángel, las sombras son perversas y acechan preparadas para inundar de grises los sueños debiluchos. Pero con un apellido sajón es más fácil despistarlas y atacar desde la clandestinidad para arrinconarlas y llenar los sueños de colores.
EliminarUn abrazo fuerte para teñirme con tus colores, maestro.
Me encanta, Patricia, tu desbordante imaginación. Narras de una manera perfecta unas historias que aun a sabiendas de que son ¿irreales? haces que nos las creamos porque las bañas con una laca de realidad.
ResponderEliminar¡¡Yo quiero escribir como tú!! (¿Hay emoticono de envidioso?).
Va mi me gusta porque es que es así. Bueno, es más que así...¡ME ENCANTA!
Un beso (de colores, de muchos colores).
Los colores me han subido a mí con tu comentario, J.A. ¡Pero si soy yo la que quiere escribir como tú! Pedazo de alquimista que sabe transformar las palabras en las chispas electrizantes de tus relatos.
EliminarBesos chispeantes en tu honor.
impresionantes las cosas que puedes hacer en sueños, Patricia.
ResponderEliminarPero más impresionantes aún son tus micros, de una belleza y una originalidad desbordantes.
Un beso.
Muchas gracias, Asun. Esta noche voy a soñar que vienes con unas tijeras de podar y me ayudas a cortar cadenas.
EliminarUn abrazo fuerte.
Querida Patricia, ¡pero qué grande eres! Estoy convencida de que a partir de hoy solo voy a tener sueños de colores.
ResponderEliminarMaravilloso tu relato. Te mando un beso multicolor.
Malu.
Sí, Malu. Vamos a soñar todos en color. A ver si así cambiamos un poco este mundo y desterramos a las sombras para siempre jamás.
EliminarMás besos para ti.
Tienes una imaginación desbordante, Patricia. Además de una habilidad especial para saber expresarla. Me ha encantado, ¡felicidades!. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Juana. Pero no tiene mérito porque te tengo a ti de maestra. Relatos como los tuyos son los que llenan de color mis sueños.
EliminarUn beso.
Yo tengo un sueño: que nunca dejes de escribir así de bien. Qué bien introduces tus poéticas palabras en los sueños para conseguir que a todos los que te leemos, al igual que a tu protagonista, se nos tiña el alma de colores. ¿De dónde sacas esa inspiración que nos regala estas obras de arte?
ResponderEliminar¡Ah! Lo sé. Del corazón.
Un beso lleno de colores.
Pablo
Te voy a contar un secreto: no son obras de arte, son cursiladas de variados colores. Y desde que decidí escribir como me da la gana, soy de lo más feliz. Y, viajando con vosotros, no necesito dragones para pintar arcoíris sobre mi cabeza.
EliminarToda mi fuerza para los próximos días y un saco lleno de besos.
Saltas de los cuentos a los paisajes de un folio construyendo párrafos como pentagramas. Saltos sin red, porque la fantasía no la necesita, ni la sensibilidad de tu talento tampoco.
ResponderEliminarPatricia, tus historias continúan leyéndose con los ojos cerrados, allanando la oscuridad de colores sólo visibles en la paleta de la dama de los sueños
Una belleza de relato.
Un abrazo.
Antonio, has conseguido que me derrita. Después de leer tu comentario sólo queda de mí un charco del color de la emoción, sea el que sea.
EliminarMuchísimas gracias por tan bellas palabras.
Y cuando cuente hasta tres, vas a despertar y a volver a la realidad, que el malvado vigilante de las sombras te ha debido de hipnotizar.
Uno, dos, tres...
Prosa poética en microrrelato de 50 palabras...
ResponderEliminarCóctel explosivo, pero no me sorprende viniendo de tu explosiva literatura.
Muy bien Patricia.
Un abrazo.
Gracias, Isidro. Es que la realidad es tan fea últimamente que se me va la cabeza y me explota. Por eso escribo estas tonterías.
EliminarBeso fuerte.
Ya, Patricia, ha develado el misterio. Con su fuego, los dragones se divierten dibujando arcoíris en los sueños húmedos. Mucha imaginación y originalidad en este micro. ¡Excelente!
ResponderEliminarSaludos.
Muy hábil observador, Beto. Los sueños pueden estar húmedos por muchos motivos, pero un buen arcoíris por el que trepar es siempre el camino para saltar por encima de las cadenas.
EliminarUn abrazo.
Que buena la imagen de la lluvia sobre los sueños. De ahí es de donde sale la luz. Sombras, luz, color es un bonito juego que te permite hacer un relato como este. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias, José María. Quise escribir un cuento de esperanza y alegría de vivir... o de soñar.
ResponderEliminarUn beso.
¡Qué derroche, Patricia! No sé qué imagen es más bella. No sé qué frase es más ingeniosa. Pero sí sé que me gusta verte tan soñadora.
ResponderEliminarBesos de pluma de ganso.
Nunca me habían dado besos de esos. Los guardaré como un trofeo en el mejor de mis sueños.
Eliminar¡Gracias, Notinc!
Grandes son las ilusiones que nos contagias, Patricia, con tus cuentos sin demarcaciones, en los que todo se hace posible. Es una delicia perderse en ellos y regodearse sin prisas ni urgencias para el regreso. Una fantasía tan exuberante la tuya, que merecería ser real. Propongo.
ResponderEliminarUn abrazo de admiración y cariño.
Calla, calla, locuela. ¿Te imaginas que te despertara un chaparrón en plena noche y que tuvieras que escapar de la vigilancia de un tipo con cadenas? Yo aún me acuerdo de tu último cuento y aún me hace soñar en technicolor.
EliminarUna montaña de besos, querida MJ.
Jope... vengo de un estupendo micro, el de Enrique, y me encuentro con este. Hija mía, cuánta poesía albergas en tus adentros... qué imágenes más bonitas, ¡qué envidia! te robaba yo ahora mismo un poquito de esa imaginación tan fuera de serie, y aparcaba durante un ratito este costumbrismo mío.
ResponderEliminarUn abrazo, risueña Patricia
Ja, ja, mejor no revelo lo que guardo en mis adentros... que igual viene tu forense a extirpármelo.
EliminarMuchas gracias, Rosy, y un saco lleno de risas y abrazos.
Qué cantidad de cosas bellas guardas en ese excepcional magín, Mrs. Richmond, y qué privilegio que las compartas con nosotros. No sé cómo se llaman esas figuras literarias como "llover sobre sueños" y burlar un tintineo de cadenas", pero me parecen extraordinarias en todos los sentidos. Enhorabuena y gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pero qué cosas me dices, Enrique. Esas figuras, literarias creo que no son. Me salen cuando se me olvida echar alpiste a los pájaros de mi cabeza, pían y pían y me vuelven majara.
EliminarGracias y un beso.
A pesar de empezar con "lluvia sobre los sueños", con cadenas y dragones, me encanta que acabes con arcoíris y sueños de colores. Muy lírico!
ResponderEliminarUn abrazo con confeti colorido.
Carme. .
Muchas gracias, Carme.
EliminarMe gusta tu abrazo de confeti. Te mando otro con fuegos artificiales.
Precioso cuento Patricia.
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias, Raquel.
EliminarUn abrazo.
Qué gusto leerte y qué maravillosa y mágica manera de encender una cálida llama en la noche desapacible. Me ha encantado, Patricia. Un beso y felicidades.
ResponderEliminarDe eso se trataba, Matri. Que últimamente hay muchos cuentos sangrientos por aquí.
EliminarBesos para ti.
Si el sueño es hermoso, la descripción que haces es magnífica.
ResponderEliminarEnhorbuena.
Gracias, Crispín. Intento aprender algo de vuestras letras, me esfuerzo, pero me salen estas tontunas.
EliminarUn abrazo.
Genial relato entre el onirismo y la fantasía. Si la imaginación cotizara en bolsa tú serías un valor seguro, Patricia. Un abrazo.
ResponderEliminarNo sé yo... Probablemente provocaría un crack como el del 29...
EliminarMuchas gracias, Salva y un besote.
Tú eres de colores. Precioso cuento.... Enhorabuena. Muackssssss
ResponderEliminarAy, Carmen. Comentarios como el tuyo me ponen colorá.
EliminarUn beso muy fuerte y muchos ánimos pa tó lo tuyo.
Qué imágenes tan bonitas nos muestras con un estilo impresionante. Hermoso, Patricia.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias, Sandra. Lo impresionante para mí es que alguien se pare a leer mis majaderías y me diga que le gustan.
EliminarUn beso fuerte.
Estoy de acuerdo contigo, Patricia: estás loca de atar. ¿A quién se le ocurre escribir lo que le da la gana y, además, ser feliz? Y por si fuera poco, te vistes con sombreros de plumas, caminas a la pata coja sobre rayos de luna y cantas a coro con una lombriz.
ResponderEliminarEl veredicto es claro y rotundo, y como castigo, escribirás cien veces sobre una cortina de lluvia, con espuma de mar, "nunca me voy a curar".
Un beso terapéutico.
Ya está, seño... Un poco mojada, pero contenta por tus palabras.
EliminarNo siempre me comprenden, así que muy agradecida.
Y un beso sin efectos secundarios.