Siguiendo tu compás
Cuando me agarraba a sus caderas, el frenesí de mi cuerpo luchaba contra su gravedad y me convencía de que había superado la eterna caída y volvía a hacerme volar.
Juntos en perfecta sintonía con el vaivén de la brisa, es lo que me metía prisa, por querer(le) de más.
Juntos en perfecta sintonía con el vaivén de la brisa, es lo que me metía prisa, por querer(le) de más.
Bonita historia que describe esa caída libre, que experimenta quien se enamora.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la forma casi musical del último párrafo.
«Juntos en perfecta sintonía
con el vaivén de la brisa,
es lo que me metía prisa,
por querer(le) de más».
Buen relato, Amalia.
Saludos.
Ay, esos bailes de adolescencia. Precioso y muy musical, como dice Vicente. Los he visto volar y flotar al compás de la música.
ResponderEliminarUn abrazo, Amalia.
El amor y un momento para guardar por siempre. El día que caemos y aprendemos a volar.
ResponderEliminar¡Bravo!
Qué bonito Amalia, muy bien descrita esa sensación de volar al estar con la persona amada. Me ha gustado mucho lo de "querer(le) de más". No sé por qué creo que esta historia no acaba bien, quizá porque uno quiere más que otro, no sé ...
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un beso.
Malu.