La de la mochila azul
Corren. El pequeño se detiene, le aprieta el zapato.
—Corre—le grita— ¡van a cerrar!
Ella ya está allí. La mira sofocado.
—¿Es la que te gusta?
—Sí, la de la mochila azul.
Su hermano le pisa y le da un empujón. Sin poderlo evitar le roza torpemente los labios.
—Corre—le grita— ¡van a cerrar!
Ella ya está allí. La mira sofocado.
—¿Es la que te gusta?
—Sí, la de la mochila azul.
Su hermano le pisa y le da un empujón. Sin poderlo evitar le roza torpemente los labios.
Carmen, cuanta inocencia hay en tu micro. El título me recuerda a una canción tipo ranchera que se hizo muy popular entre los niños.
ResponderEliminarMe encanta la última frase, en la que le roza torpemente los labios...
Me ha gustado recordar esos primeros amores...
Enhorabuena!
Besos
Cuando uno no se atreve a dar el primer paso siempre necesita a alguien que le de un pequeño empujón. Estos primeros amores en donde la vergüenza puede más que el deseo.
ResponderEliminarBuen relato Carmen, me ha gustado.
Besos.
Gracias, Pilar y Javier por vuestros comentarios. Ultimamente venia escribiendo micros demasiado serios y tristes. He querido dedicar al foro cincuentista este tan inocente y lleno de ternura, la que todos hemos sentido alguna vez, ante el primer amor. Abrazos.
EliminarHay que hacer frente al deseo y si es necesario al fracaso.
ResponderEliminarSaludos.¿por qué no?
Buen relato.
Gracias Jose Juan por comentar el micro. Ya, desde la infancia presentimos el miedo al fracaso. Pero como tu bien dices hay que arriesgarse por lo que amamos. Abrazos.
ResponderEliminarCuánta ternura pones en ese beso que es, tanto robo, como consentimiento ingenuo. Bien creado ese entusiasmo de los niños, esa urgencia ante lo que intuyen esencial, aún en esa edad tan temprana. Con tu relato has conseguido que me sonroje de nuevo ante la que a mí me gustaba tanto. No llegué a besarla, pero soñé mucho con ella. Bonito, bonito. Felicidades.
ResponderEliminarGracias por compartir tu emocion Manuel. Es hermoso no olvidar el primer amor. Abrazos.
EliminarNi el piso´tón ni el emmpujón son csuales. Lo demás viene rodado, o se queda escondido en la mochila azul. !Que buen relato, vale la pena la carrera! Y sino que se lo pregunten a ella.
ResponderEliminarMe gusta el desarollo la carrera dialectica y el desenlace.
Saludos.
Buena historia, Carmen, y bien contada.
ResponderEliminarSuerte para el muchacho.
Besos
Gracias de nuevo a todos, me alegro que os guste el micro. Me dije, por qué no hacer de un momento de la vida algo hermoso, que se quedó atrapado en nuestra memoria y en nuestro corazón. Todos hemos sentido esa llamita la primera vez. Abrazos.
ResponderEliminarTe confieso que a mí, que me costaba horrores dar el primer paso, me hubiera venido muy bien un empujoncito como ese, pero nunca hubo nadie para dármelo, aunque no hay que buscar excusas en los demás cuando el culpable está dentro y se llama timidez.
ResponderEliminarSimpático, evocador y entrañable.
Un abrazo, Carmen
Un micro lleno de candor, ingenuidad y ternura. Tal vez ese empujoncito le sirva para ocasiones futuras. Una escena con mucho encanto, Carmen. Saludos.
ResponderEliminarCuánta inocencia destila tu micro. Está escrito de tal manera que te hace ver con precisión la escena y sus personajes. Me ha gustado mucho, Carmen. Un beso.
ResponderEliminarEnternecedora escena que nos hace revivir sensaciones muy lejanas en el tiempo. Gracias por hacerlo y enhorabuena por tan fresca propuesta, muy bien contada por cierto.
ResponderEliminarUn abrazo, Carmen.
A más de uno/a, le hubiera venido muy bien ese empujón.
ResponderEliminarQué bonito y qué bien contado.
Un beso Carmen, me ha encantado.
Malu.
Qué ternura en los personajes y cuánta confusión entre el deseo y la timidez en ese primer beso. Un micro precioso, Carmen.
ResponderEliminarBesos.