Cruce de miradas
Él lo notaba, ella le miraba. Solían coincidir allí cada semana, siempre a la misma hora. Él lo intuía, ella le buscaba con la mirada, estaba claro.
Ella estaba en su mundo, haciendo un descanso. Pensaba en el plan de la tarde. Mente libre. Mirada distraída, nadie en su cabeza.
Ella estaba en su mundo, haciendo un descanso. Pensaba en el plan de la tarde. Mente libre. Mirada distraída, nadie en su cabeza.
Resuelta curioso las pajas mentales que nos podemos hacer pensando que gustamos a alguien. Un saludo.
ResponderEliminarEfectivamente, es como el cuento de la lechera en el día a día. La verdad es que ya sea con este o con otros temas, muchas veces estamos más pendientes de ideas y "ficciones" que de la propia realidad. Luego será ya hora de pasar a la acción o de templar nervios.
ResponderEliminarGracias por la respuesta.