Silencio, por favor
"Liiiibre, como el sol cuando amanece yo soy libreeeee..." La melodía atronaba el patio y llegaba hasta la ventana de su buhardilla por enésima vez. Sintió una oleada roja subiendo hasta su cabeza como una marea de sangre. Bajó al piso de su vecina y cuando subió se sintió libre.
Lo que falta por conocer es el tiempo...¿fué inmediata la subida a la buhardilla?, ¿se demoró mucho?...
ResponderEliminarBonito relato Gemma
Digamos que se tomó su tiempo...
ResponderEliminarGracias, Rafael.