Aves urbanas
Los pequeños gorriones se posaron en un árbol cercano tras su feroz ataque. Desde sus ramas, entonaron un alegre canto de victoria por el deber cumplido. Cuando pocos minutos después apareció el hombre y vio cómo había quedado su coche, no tuvo más remedio que llevarlo al túnel de lavado.
jajajaja...creo que con eso digo todo.
ResponderEliminarAves urbanas y sus excrementos como fuente inagotable de inspiración <3 Jajaja
ResponderEliminarCómico y bien relatado. Te doy un "me gusta" merecido.
ResponderEliminarSaludos.
jajajajajajjaa muy bueno
ResponderEliminarTan difícil que es hacer reír y tú, junto con las aves, lo logras de maravilla. ¡Felicidades!
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por vuestros amables comentarios, la verdad es que lo he vivido tantas veces que tenía que escribir algo al respecto.
ResponderEliminarUn abrazo.