Los polos opuestos...
Su egocentrismo desconocía límites y, sin embargo, aquello cambió al conocerla. Incoaron en él sentimientos insólitos. Con extrema sinceridad, departió:
—Cielo, creo que me estoy transformando en un hombre maduro que halló la verdadera felicidad.
Ella, se sonrojó.
Él, tan rotundo y espontáneo...
Ella, tan discreta y tímida...
Envejecieron juntos.
—Cielo, creo que me estoy transformando en un hombre maduro que halló la verdadera felicidad.
Ella, se sonrojó.
Él, tan rotundo y espontáneo...
Ella, tan discreta y tímida...
Envejecieron juntos.
Los polos opuestos se atraen, y surgió el verdadero amor. Me gustó este micro, en cincuenta palabras.
ResponderEliminarSaludos :)
Bueno, bueno!
ResponderEliminarAnónimo = Ceibes ;)
ResponderEliminarMuchas gracias a Ángeles y a los Anónimos.
ResponderEliminarMe ha encantado este pequeño canto a la esperanza. Pensar que todo o todos podemos cambiar en un momento dado... Importante en estos tiempos críticos que atravesamos. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Juana. Es un honor leer tus palabras.
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