Engaños
—Estoy bien, tranquilo —dije dándole la espalda a mi amigo. En cuanto salí del edificio eché a correr. Cada minuto que pasaba corría más deprisa por la calle, provocando las miradas de desaprobación de la gente. Esa maldita persona a la que yo llamaba "novio" me había vuelto a engañar.
Puedo imaginar lo que duele una infidelidad, si es que duele tanto como cuando dejas escapar a alguien queriendo y siendo querido.
ResponderEliminarLa reincidencia en la infidelidad, es algo por lo que nadie debería pasar, pues una infidelidad es motivo para replantearse las cosas.
Buen relato, sin duda.
Saludos.