Indecisión
Su cutis refinado parecía afelpado y sus mejillas repelían mis lágrimas. Intenté abrazar su cuerpo, pero el contacto con la tela cubierta de polvo me produjo alergia inmediatamente. Pensé en descuartizar su cuerpo y quemarlo en una especie de pira, pero al final decidí dejarlo con el resto de peluches.
ajjaaj lo qeu no se es como no te salio el tercer ojo.saludos¡¡
ResponderEliminarsiempre a sus pies.)
Una historia inquietante, con aromas fetichistas y psychokiller, y un autor interesante, aficionado al humor y la paradoja. Le felicito.
ResponderEliminarEste relato me transmite varios sentimientos : tristeza, locura y ternura. Genial Gregory!
ResponderEliminarLa venganza contra el otro por abandonarse. Magnífico.
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