La visita
—Papá no va más a trabajar, toma en exceso hasta quedarse dormido en el comedor, mamá no sale del cuarto, duerme todo el día y por la noche se queda viendo televisión. No entiendo qué pasa acá, abuela.
—Su único hijo murió y por eso están así —contestó su abuela.
—Su único hijo murió y por eso están así —contestó su abuela.
De mis favoritos este mes.
ResponderEliminarGracias por parar, leer y comentar "Anónimo" , ¡ Saludos !
EliminarEl impacto de la muerte. Pero sobre todo, dicen, y Dios nos libre de él, que el golpe por la muerte de un hijo nunca se supera. Muy bien contado, Saltimbanquin. Saludos
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EliminarNingún padre debe enterrar a sus hijos, dicen, y no podría estar más de acuerdo con ello.
Gracias por parar, leer y comentar Juana.
¡Un afectuoso Saludo!
Un buen relato a partir de una experiencia de lo más traumática. Felicidades.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Emilio.
Te envío un afectuoso abrazo, ¡Saludos!
Bueno, la historia va algo más allá que de la muerte de un hijo: se trata de la muerte del hijo único y quién se preocupa por el estado de los padres es precisamente el hijo...
ResponderEliminarSupongo que Saltimbanquin -pese a que su respuesta del día 27 a las 08:18 a Juana Mª Igarreta Egúzquiza me desconcierta un poco- jugó con el equívoco cuando escribió el relato.
EliminarGracias por parar, leer y comentar Víctor.
¡Saludos!