Majá squinado
Me quedé un rato mirando sus ojos enigmáticos, su rostro difícil. ¡Parecía el de un cangrejo! Mientras lo contemplaba un millón de imágenes me rondaron la cabeza. La ensoñación se rompió cuando la pescadera me gritó:
—¡Señor! ¡Señor, es su turno! ¿Qué le pongo?
—¡Ah! Póngame ese centollo ¿Está fresco?
—¡Señor! ¡Señor, es su turno! ¿Qué le pongo?
—¡Ah! Póngame ese centollo ¿Está fresco?
Me gusta cómo el desenlace se ríe de nuestra interpretación del arranque. Buen relato.
ResponderEliminarA eso le llamo yo estar " empanao " , este relato me ha recordado a mi misma, me suele pasar cuando miro un hormiguero. Siempre tan peculiar Gregory Pez !!!
ResponderEliminarLo he tenido que leer 2 veces pero me ha parecido original el final
ResponderEliminarUn relato bien fresco,ajjaajj y como siempre digo,,hay otros mundos,pero estan en este.saludos
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