No solo de pan vive el hombre
—¿Cuánto cuestan?
—Son gratis, señora.
—¿Gratis? ¿Y me podrías dar uno ahora?
—¡Claro!
—Es que lo necesito mucho, ¿sabes?
El muchacho se acercó a la ancianita y la arropó cálidamente entre sus brazos. A la mujer se le saltaron las lágrimas: hacía tanto tiempo que nadie le daba un abrazo...
—Son gratis, señora.
—¿Gratis? ¿Y me podrías dar uno ahora?
—¡Claro!
—Es que lo necesito mucho, ¿sabes?
El muchacho se acercó a la ancianita y la arropó cálidamente entre sus brazos. A la mujer se le saltaron las lágrimas: hacía tanto tiempo que nadie le daba un abrazo...
¡Genial!
ResponderEliminarGraciasss...
EliminarSí, ciertamente, hay mucha gente necesitada de cariño. Con una sonrisa, un abrazo... se puede hacer un poco más felices a algunas personas. Me ha gustado y creo que deberiamos tomar nota del mensaje.Saludos
ResponderEliminarLo mismo que hay cariños que matan (que no son deseables), hay otros que alimentan. Esos sí son necesarios. Bonito microrrelato, Víctor, por la parte tierna que lleva explícita.
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