El dilema de Dios Todoconfundido
Llevaba siglos dándole vueltas. ¿Cuándo enviar un profeta? Primero lo pospuso, no estaba la cosa madura. Luego apareció Mahoma, y un tal Jesucristo. Intentó dejarlo estar un tiempo, pero fue peor. Y la televisión, los ordenadores... ¡Menudo lío! Se rascó la cabeza y encogió los hombros.
—Meh, tampoco tengo prisa.
—Meh, tampoco tengo prisa.
Lo que no he entendido demasiado bien, Álex, es lo de "Meh". ¿Se trata de una interjección?
ResponderEliminarSí, es como "Bah" pero con un toque personal. Supongo que añade un matiz de fastidio. ¡Me parecía gracioso gastar una palabra así después de andar haciendo malabares para encajar lo demás!
ResponderEliminar"Meh" por "Bah": otra confusión más de este Dios todoconfundido que parece que no da ni una.
ResponderEliminar