Demasiado tarde
Para cuando quisiste darte cuenta, la muerte venía imparable. El tiempo justo para recordar cómo habías estado deambulando, en soledad, durante toda la noche, refugiándote finalmente en aquel bar de carretera hasta que también cerró sus puertas. No supiste explicarte qué coño hacías entonces detenido sobre los rieles del ferrocarril.
Enhorabuena por el relato y por tantas buenas letras acumuladas. Seguiré leyéndote.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus halagadoras palabras.
Eliminar