Blancanieves XXI
Disfrazado de vendedora de manzanas se adentró en el Mercado de Colón de Valencia, con un cestillo tembloroso ajustado a su codo, los ojos desbocados, y un pequeño tic en la mejilla que se acentuaba cada vez que detrás de uno de lo puestos creía ver a su deseada Blancanieves.
Hay maniacos la mar de originales, pero todos dan el mismo miedo. Inquietante y buen relato. Saludos.
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