La primera vez
Se me daba bien y me proporcionaba una profunda excitación aquel deporte nocturno. Conseguía seguirlas hasta sus casas sin ser visto, unas veces solas y otras acompañadas, pero siempre a las más bonitas. Atesoraba una lista con sus direcciones. Hasta aquella noche en la que una de ellas me sorprendió.
Oh! Juancho, muy enigmático... ¿Continuará? ;)
ResponderEliminarMe gustan las insinuaciones.
Un placer verte por aquí!
Un saludo de La Marca Amarilla!
Gracias Marca por atreverte a visitar este erial.
ResponderEliminarEl micro puede llevar a varias interpretaciones, pero para mi está cerrado. Está claro que al verse sorprendido, los acontecimientos le llevaron a dar un giro a su comportamiento, positivo o negativo. Que decida cada lector según sus preferencias...
Un abrazo amigo.
¿Y qué pasaría después? Espero que la chica supiera artes marciales y le diera al protagonista un buen susto. O al menos que le partiera la libreta esa a pedazos jejeje. Saludos y bienvenido también.
ResponderEliminarGracias Sandra por pasarte a comentar. Tampoco hay que ponerse dramáticos, tal vez buscaba el amor, no de la forma más adecuada de acuerdo, y lo descubrió en aquellos ojos sorprendidos, tal vez ambos se enamoraran al cruzarse sus miradas. La imaginación todo lo hace posible, lo mejor y lo peor también.
EliminarUn saludo.
No te veía siguiendo a las chicas hasta sus casas Lagarto, me sorprendes.
ResponderEliminarMe gusta mucho el relato y cómo está narrado.
Siempre aprendo de ti. Gracias y mucha suerte.
Radon
No te sorprendas amigo Radon, yo soy capaz de seguir a una mujer hasta el fin del mundo, eso si, si cuento con su consentimiento mejor que mejor. Pero en la ficción reconozco que me encantan las historias truculentas.
ResponderEliminarAprendemos juntos, todos salimos ganando con esta simbiosis. Compartir es ganar, en este universo microcuentista en el que hemos quedado atrapados.
Aunque va a haber que afinar mucho para destronarte, intentaremos estar en la pelea.
Un abrazo.
Espero que las siguiera con fines nobles. Da miedito.
ResponderEliminarMe alegro mucho de leerte por aquí. Un saludo.
Lola Pacheco