Amor secreto
Salían a sus terrazas a la misma hora, todas las noches. Dos siluetas entregadas a un intercambio de miradas, salvando la distancia entre edificios. Se escrutaban, amparados en la oscuridad, en un ritual de amor secreto. Solo cinco minutos. Después, apagaban sus cigarrillos y volvían dentro, con sus respectivas esposas.
Amores secretos, soñados, suspirados, imposibles... ¿O no? Pero nuestros para siempre. Pre-cio-so
ResponderEliminarQué tiempos. Y qué frío. Leyendo tu relato me has hecho pensar que me estoy perdiendo algo. Nunca debí dejar de fumar. ;)
ResponderEliminarSuerte y beso.
(@VevaRojo)
Ah, pues tiene su aquel, sí. Un aire romántico y tóxico. Suerte.
ResponderEliminarMuy interesante este ritual de amores furtivos y ahumados. Felicidades y un "me gusta".
ResponderEliminarGracias por los comentarios. Realmente ahora, releyendo, le habría cambiado el título...
ResponderEliminarY Bea, lo de fumar es la excusa, también se pueden regar las plantas, sacar al perro... que es más sano.
Besos y abrazos.
La ciudad propicia que cada uno viva en su mundo estanco, a veces parece hay destellos de cambio, pero raras veces se traspasa la frontera. Buen relato y perfectamente posible.
ResponderEliminarInteresante punto el de "con sus respectivas esposas" vaya amor secreto. Muy imaginativo, un buen "me gusta".
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