El sicario
Llegas puntual al callejón. Te ocultas hábilmente en la penumbra. Te pagué por adelantado. Espero que cumplas. Yo no me atrevo a hacerlo. Te acercas. Cierro los ojos, aterrado. Entonces me apuntas. El arma no responde. Insistes varias veces. Nada. Puedes quedarte con el dinero. Creo que prefiero seguir viviendo.
Un placer volver a leerte Edgar. Un relato sobre la vida y la muerte que no deja indiferente. Felicidades.
ResponderEliminarRadon (@MicroRadon)
Muy bueno Elgar. Inquietante!
ResponderEliminarGracias a que la pistola se encasquilla decide darse otra oportunidad. La vida siempre pende de un hilo y un simple detalle puede suponer un vuelco que cambia el guión establecido. Frases cortas y efectivas, que hacen pensar. Buen relato, Edgar. Un saludo.
ResponderEliminarMuy bueno, un placer leerte también por aquí.
ResponderEliminarOjalá se dieran siempre esas segundas oportunidades. Muy buen relato. Saludos
ResponderEliminarGracias por sus gentiles comentarios, mis queridos y doctos escritores. Saludos desde Venezuela, El Mundo Perdido.
ResponderEliminarEdgar