Ella
No puedo vivir sin ella. La echo de menos, pero sé que no debo volver a verla ni a acercarle mis labios. Al principio, me hacía sentir genial, pero, poco a poco, convirtió mi vida en una tortura. Aun así quiero disfrutarla por última vez. Sí, aquí está: mi botella.
Enhorabuena Lore por tu relato sobre Botella, Ana Botella. Todo un acierto.
ResponderEliminarMucha suerte!!
Radon (@MicroRadon)
Gracias, cachondo!!!
ResponderEliminarPor cierto, me pregunto una cosa. Si cuelgo el relato en mi muro de facebook, ¿estaría conculcando las bases del concurso?
Yo es que hace mucho que no conculco Lore....
EliminarEn absoluto, por mí compartid todos vuestros relatos lo más posible. Toda difusión de la página es más que bienvenida. Lo que no se puede es compartir la votación de final de mes si uno está entre los nominados ;-)
EliminarYa sabía yo que le pegabas tú al morapio, esa nariz roja que te gastas no es normal. De todos modos me gusta la historieta esa sobre Pepe Botella.
ResponderEliminarGracias por la aclaración, Álex.
ResponderEliminarYa ves, Barlon, la más bella, la botella, jajajaja
Amamos lo que nos mata, queremos dejarlo y no podemos. Podría haber sido una mujer, o el tabaco, pero qué mejor que una botella. Muy buen relato, Lorena.
ResponderEliminarGracias, Ángel, tienes mucha razón, de hecho, quería jugar con el doble sentido y que, al principio pareciese que está hablando de una mujer, para, al final, descubrir que habla de una botella. Espero haberlo conseguido.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste mi relato, pues te admiro mucho.
Saludos
Bueno Lorena, si necesitas ayuda, no dudes en pedirla; estamos todos en alguna terapia. Muy bueno tu relato y un placer leerte por aquí. Espero seguir haciéndolo.
ResponderEliminarLola Pacheco
Gracias, Lola. Yo también te he leído :). Espero seguir escribiendo por aquí, aunque 50 palabras me parecen pocas y ahora estoy en un momento en que necesito explayarme!!!
ResponderEliminarBesos, guapísima
Si está tan perdido ¿por qué no manda un wasap como todo el mundo?
ResponderEliminarBromas aparte, fantástico relato sobre tan terrible adicción.
Suerte, un beso.
El wasap lo carga el diablo, Juancho.
ResponderEliminarGracias por tus palabras
Besos
Pensaba que se trataba de un micro de lo más romántico y ¡vaya sorpresa! Felicidades por la idea. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Juana!!!
ResponderEliminar