Soberbia tecnología
En la soledad de la noche, el Capitán salió a cubierta y retó al mar, orgulloso de su poder. La máquina más perfecta y veloz dependía de sus órdenes, una obra maestra de la ingeniería… Muchos hubieran matado por conseguir su puesto de mando. Hasta el nombre era perfecto: Titanic.
Lindo relato Patricia. Sin dudas cualquiera fanático del mar hubiera fantaseado con controlar, para su momento, la más monumental y titánica nave jamás concebida.
ResponderEliminarLástima que como máquina, aunque casi perfecta, no supo desobedecer las órdenes del
ResponderEliminarsoberbio Capitán. En ese caso, sí que hubiese sido perfecta. Me ha gustado. Saludos
Si hay un ejemplo de la vanidad humana, de creer que el hombre lo puede todo y carece de límites, es el Titanic. Al final siempre hay un iceberg para recordar lo contrario. Muy bueno.
ResponderEliminarUn relato muy bien escrito. Te envío mi "me gusta" a través del cierzo. Besicos.
ResponderEliminarBeatriz Carilla Egido ( @VevaRojo)
Gracias, chicos.
ResponderEliminarY a Veva, un coscorrón, que no me había dado cuenta de que eras tú.
Sólo llevo unos días con mi nuevo nombre. No me reconozco ni yo. :P
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