Adiós, papá
Su padre siempre había maltratado a su madre. Un día los abandonó y tuvieron que dejar su casa. Cuando lo vio pidiendo en la calle, le dio una patada a la gorra donde la gente le dejaba monedas y siguió su camino pensando que, a veces, la vida es justa.
Ostras Lore, qué dura te pones a veces. Me has acojonado un poco y todo.
ResponderEliminarBuen relato, y con buen ritmo.
Muchas suerte
Radón (@MicroRadon)
Hombre, no todo van a ser amoríos y follisqueo ;)
EliminarGracias!!!
Las vueltas que da la vida. Una patada simbólica, que si bien no deja las cosas en su sitio, por lo menos otorga una victoria moral a nuestra protagonista. Mucha suerte Lore. Un besote.
ResponderEliminarSoy Juancho, que no me ha arrancado el gmail. Otro besote...;))
EliminarEn verdad pensaba en un prota masculino, pero, al final, nada en el texto indica si es hombre o mujer (fallo mío)
EliminarGracias por vuestros comentarios, chicos.
ResponderEliminarBesazos y abrazazos!!!
Dicen que la vida al final le pone a cada uno en su sitio. Un relato con fuerza y en el que, por algún motivo inexplicable y en eso coincido con Juancho, también me ha parecido que tiene protagonista femenina, lo que le añade una misteriosa certeza no escrita. Muchos saludos, Lorena.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ángel. Nos seguiremos leyendo!!!
ResponderEliminar¡Genial esa patada!
ResponderEliminarLore, ¡Eso es justicia!
ResponderEliminarBien resuelto este microrrelato con tensión desde el inicio.
Abrazos.
Gracias, Nicolás
ResponderEliminarDirecta, como tú eres, Lorena!! Enhorabuena!! :)
ResponderEliminarUn saludo!
Gracias, Marca!!!
ResponderEliminarMuy duro e interesante este relato. Pero poniéndome en la piel del hijo/hija, aunque en un principio sienta alivio viendo que a su padre la vida le ha dado una lección, creo que con el tiempo ese sentimiento acabará siendo de una inmensa tristeza. Saludos
ResponderEliminarUff, Lore, qué duro. Pero la vida es así, y algunas veces acaba dándole a cada uno lo que se merece, no siempre.
ResponderEliminarSuerte para este mes, que te lo mereces.
Lola Pacheco
Muchas gracias, Lola
ResponderEliminarEspero leerte pronto!!!
Esa satisfacción por el mal de otro es posible que éticamente no sea correcta, pero que gustazo para el protagonista y para el lector.
ResponderEliminarAsí es la vida. En verdad nos alegramos de que sufra quien nos ha hecho algún mal ¿Eso es ético? No lo será, pero, desde luego, es humano
ResponderEliminarQue relato!!! Fuerte muy fuerte.
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