Carpe diem
"Vive la vida y no dejes que la vida te viva", díjose, mientras abandonaba disimuladamente la casa. Habían quedado en verse y, al no encontrarla, fue a su alcance. No le diría que llegó —adrede— tarde. Tocó la puerta con insistencia y el esposo, sin querer queriendo, la dejó entrar.
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