Chocolate
Cada jueves les obligaban a visitar a su tía "la rica", besarle la mano y aguantar su cara desdeñosa mientras comía pan con chocolate ante unos chiquillos hambrientos. Un día la encontraron ahogada en una bañera rebosante de cacao. Intuyeron a su padre alejándose y por fin pudieron merendar.
Gran microrrelato. A mí se me antoja una escena de la post-guerra española
ResponderEliminarFelicidades y mucha suerte
Siempre es un placer leerte
Besos
¡Gracias! Sí, es postguerra la escena que intentaba transmitir, qué ilusión haberlo conseguido.
ResponderEliminarBesos
Estimada Freya: Un gustazo leer esta Minificción tan llena de humor negro. Te felicito y espero seguir leyendo más textos como ese. Saludos.
ResponderEliminarBuen reflejo de la posguerra vivida por padres y abuelos, no menos dramática que la de tu relato. No digo nada que no se sepa y se note, pero a eso se le llama maestría en el contar. Suerte y un saludo.
ResponderEliminarGran microrrelato. Ese padre que se aleja, intuido desde lejos por sus hijos, para unos era un proscrito, un maquis peligroso; para otros, un héroe que hacía justicia. Yo me quedo con esta segunda opción.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Enhorabuena!, un gran microrelato, muy visual. Cuando lo he terminado no he podido evitar pensar: "cría cuervos y te sacaran los ojos". Besitos
ResponderEliminarMe has hecho recordar a unos tíos que presumían de su riqueza sin ningún pudor, sabiendo que el resto de la familia estaba en peores condiciones económicas. Muy buen relato. Saludos
ResponderEliminarUna muerte muy dulce, al menos para los demás. ;D
ResponderEliminarMuy bueno, Freya. El pan con chocolate me transporta rápidamente a la época de la postguerra y a las historias de penuria y hambre contadas por quienes la vivieron. La tía rica no me da ninguna pena.
Un abrazo,
Lola Pacheco
Muchísimas gracias por los comentarios. Todo un honor viniendo de quienes admiro.
ResponderEliminarFuerte abrazo.