Cincuenta trozos
Llegó a su casa después de una larga jornada de trabajo. Hizo lo de siempre: se duchó, saludó a su mujer y cenó junto a su familia. Luego, antes de acostarse, acomodó en el sótano los restos que quedaron sobre la mesa. Al más grande lo cortó en cincuenta trozos.
Muy buen relato de un muy buen escritor. Arriba Gabriel!
ResponderEliminarMuy difuso...
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