Obsesión carnal
Tan pequeño y soñando en ser médico forense. Oficio poco aceptado en la Inglaterra pacata y victoriana, pero ese niño quería adentrarse en los intrínsecos misterios del cuerpo humano y sobre todo en el femenino. Esa obsesión rondaba sus sueños todas las noches.
—Jack... Jack. ¡Despierta! Has tenido una pesadilla.
—Jack... Jack. ¡Despierta! Has tenido una pesadilla.
A un niño que sueña con ser forense sólo puede haberle ocurrido que de tanto ver la serie CSI le haya entrado una obsesión. Pero en este caso es peor, porque en la época victoriana no había televisión, así que la semilla la tenía dentro el célebre Jack el Destripador. Interesante relato, Daniel.
ResponderEliminarGracias Ángel.
EliminarCOMO SIEMPRE ESPECTACULAR...ME ENCANTÓ ADEMÁS DE SER UNA PROFESIÓN QUE TAMBIÉN ESTUVO PRESENTE EN EL MOMENTO DE DECIDIR QUE ESTUDIAR., EL RELATO ESTÁ SUPER!!!
ResponderEliminarGracias Raquel. Vaya a saber uno cómo empiezan a formarse esas cabecitas truculentas.
Eliminar¡Qué bueno! No hace falta decir más.
ResponderEliminarGracias Patricia.
EliminarJack el destripador siempre ha sido uno de mis personajes favoritos, en este caso un personaje real. Hace poco escribí algo sobre él en los Viernes creativo de Fernando Vicente. Me ha gustado mucho, Daniel, alguien así no se hace, nace.
ResponderEliminarUn abrazo.
Abrazo Juancho. Gracias por tu comentario. Seguro que Jack es un personaje que da para mucha tinta.
ResponderEliminarVamos por partes..muy bueno Morón.
ResponderEliminarTocala de nuevo Sam!"
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