Apenas evidente
La mujer respiró hondamente. Matías, contemplándola, escuchaba.
—¿Sabías que me conquistó al cansancio? Y dices que la rutina mata, ¿no? Pues ahora fue él quien se cansó. Lo de la discusión fue un pretexto. ¡Engañarme con mi amiga, en mi propia casa! —exclamó.
Ella notó que su amigo, disimuladamente, sonreía.
—¿Sabías que me conquistó al cansancio? Y dices que la rutina mata, ¿no? Pues ahora fue él quien se cansó. Lo de la discusión fue un pretexto. ¡Engañarme con mi amiga, en mi propia casa! —exclamó.
Ella notó que su amigo, disimuladamente, sonreía.
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