El mandatario y el mandamás
El nuevo primer ministro llegó bien preparado a la Casa Blanca. El Presidente le preguntó por el viaje mientras posaba sonriente para las cámaras. Los periodistas se marcharon satisfechos y cerraron la puerta.
—Tenga. Aquí está escrito lo que dirá después. Ahora debo irme, volveré a las tres y veintiocho.
—Tenga. Aquí está escrito lo que dirá después. Ahora debo irme, volveré a las tres y veintiocho.
"Sería un buen comienzo para una novela..."
ResponderEliminarAtrayente...lo único es que en la Casa Blanca no puede haber primer ministro, solo Presidente. Pero estoy con Sandra, es un argumento ideal para el inicio de una historia. Además, nos sugiere cosas muy de actualidad...
ResponderEliminarPrecisamente por eso lo he llamado primer ministro, para que quedara claro que estaba en Estados Unidos de visita en la Casa Blanca, a lo Rajoy. Me imaginaba a un mandatario de un país pequeño recién elegido con nervios e ilusión de contar sus ideas a Obama.
EliminarUn claro reflejo de quién corta el bacalao en los tiempos actuales. ¡Excelente!
ResponderEliminarFNR
¡Gracias!
EliminarBuen relato, Álex. Dejas claro que donde manda presidente, no manda primer ministro (o presidente, según diga la Constitución).
ResponderEliminar¿Y ya tendrá tiempo de aprenderlo para esa hora? Dependerá, claro, de su capacidad cognitiva... en general y en particular (por el asunto emocional, lo digo).
ResponderEliminarMuy bueno, Álex.
¡Muchas gracias a los dos!
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