Lamentos
No quiso dar importancia a una discusión común y corriente. "No es para tanto", pensó. Horas después una sensación de culpa la dominó: "Fue por darle celos. Cómo no va a darse cuenta de que fue por darle celos". Miró el reloj. Temió que no regresara, se echó a llorar.
Como la vida misma
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