Negro sobre blanco
Tenía todo: la silla, la lámpara, la cuerda; empezó a escribir la nota. ¿Sería mejor detallar todo o con unos datos precisos lo entenderían? ¡Le hubiera gustado tanto hablarlo directamente con ellos!, pero no había encontrado nunca el momento adecuado.
Nunca supuso que necesitara pedir ayuda para una simple mudanza.
Nunca supuso que necesitara pedir ayuda para una simple mudanza.
En un relato corto la sorpresa final es parte de su miga, y este tiene esa sorpresa. Me ha gustado.
ResponderEliminarEsta historia deja de manifiesto la inercia de nuestros prejuicios hacia el lado negativo. Buen trabajo.
ResponderEliminarMuy interesante Rafael. Un cambio inesperado y sugerente. Enhorabuena
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