Reflexión tardía
La fría navaja pasó rozando su yugular. Había estado cerca. Al siguiente envite, el corte fue inevitable. La sangre mojaba su camisa y corría aún caliente empapando su pecho.
Era demasiado tarde. Sólo hubo tiempo para una última reflexión: "Mi madre tenía razón. Debería haber comprado una maquinilla de afeitar".
Era demasiado tarde. Sólo hubo tiempo para una última reflexión: "Mi madre tenía razón. Debería haber comprado una maquinilla de afeitar".
Jajajajaja
ResponderEliminarBuena reflexión!!!!
Las madres son sabias.....
¿Había una intención subconciente de descuido al afeitarse? las primeras líneas hacían pensar en un duelo,en una cárcel,por ejemplo.Buen relato.
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