Cada noche
Tenía por costumbre usar carmín, estilizar sus pestañas con rímel y colorear sus mejillas. Su pelo bien cuidado y alborotado hacía la función de marco en su cara. Su cuello perfumado. Vestía con zapatos de tacón y medias negras.
A cambio se dejaba el corazón en la mesilla, cada noche.
A cambio se dejaba el corazón en la mesilla, cada noche.
"Triste y tierno"
ResponderEliminarGracias Julia.
ResponderEliminar...a veces la vida es así...
Un abrazo.
Todo fachada, pero la procesión va por dentro. Quizá se dejaba el corazón en casa por temor a que se lo dañaran. Nunca sabremos si es mejor guardarlo o ir con él abierto. También puede tratarse de una profesional que quiere tener bien separada su cuidada carrocería de sus preciados sentimientos. Me gusta mucho ese contraste estudiado entre pelo "bien cuidado y alborotado", que sirve de marco para su cara. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Angel por tus palabras y valoraciones, ya sabes que soy una incondicional tuya :) y me alegra que te guste mi primer relato. Espero poder seguir aportando aquí tanto como 50 palabras a mi.
EliminarUn abrazo!!!