Celo
Eran cuatro. Me seguían desde hacía dos calles, y no me habían alcanzado gracias al tránsito, que aprendí a esquivar. Pero faltaba para llegar a mi casa y estaba segura de que iban a empezar a correr para agarrarme. Entonces entendí por qué no me dejan salir estando en celo.
Contundente...
ResponderEliminarGracias, Roberto! Abrazo
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