Efecto mariposa
Sacudió su cabello. La mariposa malogró esquivar la melena y fue zarandeada. Su intención no era esparcir su polvillo escamoso sobre la nariz de su agresora, mas no pudo evitarlo, contemplando así la accidentada escena en la que la emperifollada estornudaba percutiendo su cabeza contra el canto de la puerta.
¡Caray! Cuando vuelva a toparme con una mariposa me quedaré bien quietecita, aunque no tenga melena ni suela ir emperifollada, jejeje. Me ha gustado.
ResponderEliminarFina
Ya se ha hablado muchas veces del poder de un aleteo de mariposa. Aquí tenemos un ejemplo concreto.
ResponderEliminarMe ha gustado tu relato.
Jesús.