Telúrico temor
Subía sigiloso, asustado por aquella impenetrable oscuridad que me asfixiaba y no comprendía. Cuando giré, noté una respiración apenas audible, quien la emitía obstruía el camino. Mi ventaja sería el silencio, la sorpresa. Cuando me abalanzaba con desespero, surgió ante mí Ramón, sus manos alzadas y, entre ellas, la bombilla.
Nunca cambiar una bombilla revistió tanto peligro. Y no precisamente por electrocución. Creas, Roberto, un ambiente de cierta tensión e intriga y, al final, surge Ramón de entre las sombras, iluminado por la lámpara que acaba de reponer.
ResponderEliminarEstá muy bien. Va un 'Me gusta'.
Muchas gracias, José Antonio. No he podido dártelas antes porque he estado por Tarragona, bañándome, como suelo vaya cuando vaya, en su playa de la Savinosa.
ResponderEliminarAhora, si te fijas en el título, probablemente los veas más adecuados, el título y el contenido.
Bueno, un abrazo y a esperar que salga el próximo tuyo, ¿no?
Te confieso, Roberto, que no me paré mucho en el título. Ahora que me lo recuerdas en tu comentario me doy cuenta de que leí tu microrrelato de manera equivocada. Pensé una cosa y era/es otra. Con ello se demuestra que no solo son importantes las cincuenta palabras, sino también las dos, tres o cuatro (hasta diez) del título. Gracias por tu respuesta. Me queda más claro tras ella. Un saludo.
EliminarEl tema es que al copiar el título yo escribí en un principio "Telúrico amor", quién sabe por qué. Me disculpo nuevamente por ello. ¡Así que el que no se paró en el título fui yo, desde luego!
EliminarQue bueno Robert,que intriga... va...y se termina , oooooh !!!
ResponderEliminarAna P.