Autodeterminación
He llegado con mi maleta llena de ilusiones, hasta la pasarela del barco.
Subo la rampa y un aire de libertad roza mi rosto. Atrás dejo el miedo, tirado en una habitación de la casa. Duerme con el vino avinagrado.
Quizás ya no despierte. No me he quedado para comprobarlo.
Subo la rampa y un aire de libertad roza mi rosto. Atrás dejo el miedo, tirado en una habitación de la casa. Duerme con el vino avinagrado.
Quizás ya no despierte. No me he quedado para comprobarlo.
No me importa lo que hayas hecho. ¡Buena suerte!
ResponderEliminarSi lees de nuevo, comprenderás que ella no ha hecho nada. Le han podido hacer a ella.
ResponderEliminarPero el vino ha sido su aliado.
Abrazos.