La espera
Ni siquiera le dijo que no iría. Estuvo esperando hasta el último momento, bajo la lluvia, mirando el teléfono que no sonaba, sintiendo como si el agua se llevase al sumidero sus ilusiones. No sabía por qué, y solo podía pensar en que ni siquiera le dijo que no iría.
¡Qué sorpresa Theobald! La última vez que te vi por una de estas páginas, en las de basket te veo más a menudo, fue en el 140. Bienvenido, buen micro para romper el hielo.
ResponderEliminarUn abrazo.