Por ellos
Aquel trueno lo cambió todo. El tren estaba lleno de muertos. Me sentí culpable al levantarme, ellos me salvaron con sus cuerpos. Quedé sordo del estruendo, mis cuerdas vocales se rompieron. Desde entonces, para comunicarme escribo. Siento que los tengo dentro, por ellos estoy vivo y les dedico este cuento.
Llega muy hondo tu microrrelato, Ángel. Sencillo y profundo. Me gusta...
ResponderEliminarGracias, José Antonio. No lo hice a propósito, pero ha querido el destino que saliera publicado justo un día antes del 10º aniversario del 11-M. No fui uno de los afectados, pero sí lo viví con intensidad y de alguna forma me marcó. Todo homenaje, para las víctimas, familiares y cuantos ayudaron tan generosamente, es poco. Un saludo.
EliminarCollons! qué bueno y desgarrador! Enhorabuena, Ángel!!
ResponderEliminarun saludo! ;)
Miguel Ángel, cualquier cosa que venga de ti la recibo con los brazos abiertos, también tus comentarios. Un saludo.
EliminarRelato pequeño pero muy grande, lleno de muerte pero destilando vida.
ResponderEliminarMe ha llegado al corazón.
Abrazo extra fuerte.
La vida debe abrirse paso, pero siempre con un recuerdo especial para aquellos que marcharon antes de tiempo por la locura de los hombres. Muchas gracias, un abrazo para ti, por lo menos igual que el tuyo.
EliminarMuy emocionante Ángel. Se te pone algo en la garganta mientras lo lees. Enhorabuena y suerte
ResponderEliminarMuy agradecido, Jerónimo. Aquel trueno lo cambió todo, voy a repetir algo que se dijo entonces: "Todos íbamos en esos trenes". Saludos
EliminarNo hay razón suficiente para volverse irracional, muy buen relato de verdad.
ResponderEliminarU saludo
Siempre hay una salida antes de la violencia, más aún de la violencia ciega como fue el caso. Gracias por comentar y un saludo.
EliminarAngustioso, desgarrador, parece que realmente lo hubieras vivida muy de cerca, aunque ya veo que dices que no. En cualquier caso es un relato conmovedor. Un saludo.
ResponderEliminarTodos los días hay malas noticias, algunas te traspasan. Ante los locos fanáticos los deseos sirven de poco, pero hay que confiar en que las conciencias se humanicen y algo así no vuelva a repetirse. Gracias por tu lectura. Saludos.
ResponderEliminarMe ha emocionado este homenaje a las víctimas del horroroso atentado; ya podrían aprender los partidos políticos y algunos medios de comunicación. Saludos.
ResponderEliminarHe jugado con alguna ventaja al haber moldeado una historia dentro de la historia, con la intención de que al final quedase al menos una cierta esperanza. Por desgracia, cuando el infortunio se ceba no le importan esos detalles. Agradezco mucho tus palabras. Saludos.
EliminarEntre tanto homenaje embotellado que vemos en estos días, creo que este relato me ha llegado más hondo que todos los que aparecen en las noticias. Da igual si fuiste protagonista o no.
ResponderEliminarJesús
Eran personas anónimas, normales. Podríamos haber sido cualquiera. No ha sido tan difícil tratar, con todo respeto, de ponerse un poco en su piel. Gracias.
EliminarMe ha gustado muuuucho, Angel. Un abrazo.
ResponderEliminarLola Pacheco
Gracias, Lola, por esas "uuus" que me reconfortan. Un saludo.
ResponderEliminarConmovedor relato fiel reflejo de lo que todos pensamos porque cualquiera de los que estamos aquí podría haber estado ahí. Saludos.
ResponderEliminarFina
Al margen de vaivenes políticos que lo manchan todo, está el sufrimiento humano con el que nos identificamos. Como bien dices, cualquier podría haber estado ahí.
EliminarSaludos
Joder Ángel, qué relato más duro para estas fechas.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, que lo sepas.
Un abrazo microlunático
Radon
Hay situaciones y circunstancias a las que no queda margen para aplicarles muchas concesiones, únicamente la entereza del superviviente en seguir luchando. Valoro mucho que te haya gustado.
ResponderEliminarUn abrazo
Enhorabuena Angel, por tus relatos y ahora mas, por tu nuevo exito del mes. Estoy estudiando tu forma de ecribir, para aprender.
ResponderEliminarSaludos