Sin prisa
Iba sin prisa, contemplando el pasar atropellado y caótico de los caminantes. Como si de una perfecta coreografía se tratase, me di cuenta de un detalle aparentemente sin importancia pero que a mi se me antojaba patético: ese orden natural presente en la calle sólo era roto por una persona...
¡Cuántas veces no nos habrá invadido la sensación de ir contracorriente, como si fuéramos simples espectadores de todo cuanto nos rodea! Buen relato.
ResponderEliminarFina.
Por mucho que seas la persona más sabía del lugar, si vives contracorriente siempre serás el diferente, el raro e incluso el loco.
EliminarMuchas gracias por tu comentario Fina.