Sonrisa helada
Abrió la puerta dispuesta a la batalla. Últimamente además de soportar su odioso trabajo, tenía que soportarlo a él y su maldito desorden. Pero se encontró el mantel perfectamente colocado y la cocina recogida.
Sobre la almohada, una nota: "Ya no tendrás que preocuparte del desorden, sino de tu soledad".
Sobre la almohada, una nota: "Ya no tendrás que preocuparte del desorden, sino de tu soledad".
Mejor estar sola que con un hombre que no ayuda en las tareas del hogar
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo Lorena. Pero creo que él se va porque no soporta el hecho de ser menos en su vida que un tendedero por recoger...
ResponderEliminarQue también hay casos. No obstante muchas gracias por el comentario.
Claro, así tiene más sentido, quizá no lo había entendido bien, jajaja. Siempre me sale la vena feminista sin pararme a pensar, pero no me lo tengas en cuenta
ResponderEliminarBesos
final abierto, creyendo culpables a ambos, según el lector. Me ha gustado
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