Anhelos frustrados
Se avergonzaba de sus orígenes. Odiaba formar parte de los parias de la tierra. A ella le atraían los ambientes lujosos, las delicadas fragancias, los menús exquisitos...
Se acercó sigilosamente al restaurante de blancos manteles... se posó sobre la vajilla de fina porcelana... sus patas quedaron atrapadas en la miel.
Se acercó sigilosamente al restaurante de blancos manteles... se posó sobre la vajilla de fina porcelana... sus patas quedaron atrapadas en la miel.
Muy original. Con un final impactante. Enhorabuena.
ResponderEliminarCurioso relato del que se podría sacar su moraleja, evocando a Samaniego: "los humanos corazones, perecen en las prisiones del vicio que los domina". Me gusta, M. Dolores Vicente. Suerte y un saludo.
ResponderEliminarM.J.R.