Deduciendo lo evidente
Desgraciadamente, ése no era aquel tipo de establecimientos en el que el propietario —con un nombre tan recurrente como Pepe—, te fiara la cuenta. De nada habría servido ofrecerse para lavar los platos a cambio de una buena dosis de cafeína.
Allí, Lisa tenía que pagar al contado e inmediatamente.
Allí, Lisa tenía que pagar al contado e inmediatamente.
Increíble!!. Cómo 50 palabras, escritas de manera inteligente, pueden resultar tan interesantes de leer y generar la expectación necesaria para enganchar al lector.
ResponderEliminarQuedo con ganas de más!!!