Inversamente proporcional
El pecador de la pradera rezó tres chistes nuestros mientras por dentro maquinaba la siguiente broma. Sufría una enfermedad rara: gracietismo infecciosus. Todos los payasos del país intentaron exorcizarlo sin éxito. Ahora trabaja en la tele de madrugada vendiendo cremas para acentuar sonrisas. La suya, se apaga con cada euro.
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