Jadeaba
Jadeaba, me faltaba el aire, me dolía la espalda, pero había merecido la pena. Ahora podía ver su sonrisa de satisfacción, su pelo despeinado, su ojos victoriosos, ella estaba tocando el cielo con la punta de sus dedos.
Por fin lo había conseguido, mi hija ya sabía montar en bicicleta.
Por fin lo había conseguido, mi hija ya sabía montar en bicicleta.
Afortunadamente yo no soy malpensada, ¿eh? je, je, je. ¡Bravo!
ResponderEliminarFina
¡Enhorabuena!, lo conseguiste, traspiras satisfacción, evidentemente el esfuerzo ha merecido la pena. ¡Ah, y por lo de tu hija... también! Uuuummm...
ResponderEliminarSuerte, Arturo.
M.J.R.
Gracias por vuestros comentarios y ánimos. Besos y abrazos
EliminarTe quiero papi!
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