Se me fue de las manos

Solo quería que me devolviese los guantes de piel que dejé olvidados. Así que me presenté en su casa. Abrió la puerta sonriendo. Me miré en el rancio espejo rosado del recibidor y respiré profundamente. Lo apuñalé.

Se me fue de las manos. Y encima olvidé otra vez los guantes.
Escrito por Maria Las Vegas

4 comentarios :

  1. Soledad García Garrido20/4/14, 21:05

    Un micro muy denso, Enhorabuena.

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  2. Muy bueno María. Inquieta esa mirada en el espejo.
    Suerte

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  3. Sí!!!! La mirada antes de matar...
    A mi me inquieta más el hecho de no saber si realmente le tenía ganas o fue una improvisación... Aunque no todos vamos con una arma punzante por la vida... Jejeje!
    Muchas gracias por tu comentario!
    Maria

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