Sin decir adiós
Sumido en el sueño una dama lo invitó a pasear con Caronte. Se tocó el bolsillo, vio que tenía una moneda, la agarró de la mano y se fueron en busca del barquero. Fue tal el hechizo de esa mujer sobre mi padre que ni siquiera se despidió de nosotros.
No hay comentarios :
Si no tienes cuenta, elige "Nombre/URL" en lugar de "Anónimo". ¡Gracias!